Ante todo tenemos que decir que si nos paramos a pensar e imaginar qué actividades suele hacer con más frecuencia un/a niño/a llegamos a la conclusión de que es el juego. Es algo natural en el ser humano, en él descubre nuevas cosas mientras disfruta y se divierte y quizás es por ello por lo que no es consciente de que está aprendiendo. Sin embargo la palabra aprender va ligada con la palabra juego ya que ambas consisten en entrenarse, inventar, adivinar, superar metas para poder seguir avanzando y mejorando.
Esta es una de las razones por las que hemos escogido esta metodología, con ella se crea un buen ambiente de aprendizaje en el que se parte de algo conocido por el alumno/a y se va construyendo un camino con nuevos conocimientos.
Evidentemente sí se puede aprender jugando, podemos aprender divirtiéndonos y disfrutando mientras vamos afianzando los nuevos conceptos. Es importante que el juego tenga en cuenta las necesidades del que aprende, ya sea un adulto o un infante, que tenga en cuenta sus necesidades y que sea capaz de cumplir con los objetivos que se pretendan lograr.
Como cualquier otra metodología, ésta también requiere de una planificación; por ejemplo en nuestras clases de música se realizan juegos variados que trabajen los ritmos, las notas, los instrumentos, etc. para que poco a poco se vayan afianzando los conceptos.
A veces las actividades no funcionan del todo por que a un alumno en concreto no le ha valido y por ello requieren de una revisión y modificación, siempre hay que lograr que el alumno disfrute y aprenda y que en ese proceso se sienta cómodo. Por eso nuestros enseñantes son altamente creativos para adaptarse a las capacidades y necesidades del alumnado.
Os invitamos a que vengáis a nuestro centro a probar y conocer esta metodología, ya seas adulto o niño y te lleves una buena experiencia.
